Maldito el silencio que amarra las manos
haciéndonos presa de convulsos sentimientos
donde se agolpan la rabia y la impotencia
cuando el sosiego se abate
ante la realidad que ríe descarada
mirando como se quiebran en lamentos
los sueños de un corazón que amo confiado
En letras que arman palabras de hiriente trazo,
arrastran en furia pensamientos desolados,
rompiendo lazos que con celo fueron atados.
Lanzadas a un abismo profundo lleno de nada
Se rompen las alas que abiertas estaban
en espera de abrazar en un mundo, el universo
y en un sentimiento, todo emoción presagiada,
en la inexistencia de tiempo precisado a transcurrir
En el apresurado trago del sediento,
fue la disculpa, el amargo en el sorbo bebido con sed,
la misma excusa que envolvió en un cálido abrigo
las heladas horas transitadas en soledad
con un imperceptible sabor de libertad
Un percibido toque de ambigüedad asoma.
Entre dobleces de desatinos, se ha dejado de soñar,
cómo el devenir ,altiva enfrentar,
en compases sencillos sin dejarse arrollar,
la vida procurada, sin desmayo, volver a retomar
En ojos que una vez miraron empalagados
cubren ahora concebidas sombras de fatiga
donde habita oculto un impalpable halo de armonía
pretendiendo ser cerco que detenga la porfía
de crear espejismos de falso reflejo.
Autor: Regina Fuentes
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