A donde fueron los ecos de los grillos,
de los sapos y los pájaros nocturnos
que escuchaba lejanos en la fontana
acudiendo a mí, señalando presencia,
En noches de infancia, donde temores
de imprecisos sueños recorren
las ganas que urgen en refugio ir
a brazos de Morfeo en cita acordada
Y emerge insomnio insolente
que en tribulaciones enrumba
a transitar en recuerdos
de ingrato evocar.
De lado a lado en el lecho,
vuelta a vuelta queriendo ignorar
la acechante tertulia espabila,
en incongruente repasar
Silencio penoso de enlutada gala
tus lágrimas en brillo, engalana
mojando el vivir de alegre mañana
que busca desdeño de herida profunda
De: Regina Fuentes
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